Praga: Tour por el Centro Histórico

Como muchos ya habréis visto en mi Instagram, en mis vacaciones de Semana Santa estuve en Praga. ¡Felicidades a Marian, Lena y Marina, las ganadoras del sorteo de postales! ¿No sabes de qué estoy hablando? ¡Sígueme en mis redes sociales! A veces sorteo postales entre las personas que adivinen a dónde me voy de vacaciones.

Aquí está Marian con su postal de Praga.

Nuestro viaje comenzó un viernes por la tarde, permitiéndonos llegar a Praga por la noche. Siguiendo las recomendaciones de uno de mis blogs favoritos, Viajeros Callejeros, contratamos con antelación un transporte del aeropuerto al hotel con Civitatis. ¡Nos salió más barato que un taxi! No había utilizado nunca esta página, la descubrí con este viaje. Tiene muchos tours y actividades para toda Europa, además de mucha información actualizada sobre horarios y precios. A partir de ahora la revisaré más a menudo. ¡Me gusta!

Nuestro hotel, llamado U Semika, estaba justo al lado de la fortaleza de Vyšehrad, y muy cerquita de una parada de tranvía. Nos gustó mucho. Tenía un restaurante de comida tradicional checa (¡que está buenísima!) que abría hasta bastante tarde, así que, después de probar por primera vez la comida y la cerveza checa, nos fuimos a dormir tempranito.


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Y como nos acostamos muy tempranito, nos levantamos también tempranito, porque comenzaba nuestro…

Primer día en Praga

Antes de empezar, os doy un…

Consejo para guiris en Praga:
Ojo a la hora de cambiar dinero, revisa bien a cuánto está el cambio, cuánto te ofrecen y si te cobran tasas. En pleno centro histórico, de camino desde la parada Staroměstská hacia la Plaza de la Ciudad Vieja, hay una casa de cambio llamada eXchange, de fachada azul, donde no cobran comisión.

Después de este pequeño inciso, comienzo a relataros mi primer día. Nos decidimos a hacer un tour con Sandemans New Europe. Ya tenemos experiencia con estos tours, y siempre nos han encantado. Te enseñan una vista general de la ciudad, contándote historias y curiosidades. Son gratuitos y, al terminar, das una propina al guía, en función de lo que te haya parecido. ¡Los guías le ponen mucha emoción a cada cosa que cuentan! Ya hicimos uno en Hamburgo, con Antonio (os lo cuento en esta entrada), y otro en Amsterdam con Oso (¡hola, Oso! No me he olvidado de ti, próximamente escribiré mi artículo).

El tour gratuito hizo un recorrido por varias zonas diferentes de la ciudad, para poder dar un vistazo general. Nosotros, después, dimos un paseo con más calma por cada barrio, ya sabiendo qué estábamos viendo y conociendo el contexto. Así que he os doy aquí una propuesta recorrido basado en el que hicimos con el tour, pero para hacerlo de forma más calmada.

Stare Mesto: el Barrio Antiguo de Praga

Nuestro tour empezaba por el Barrio Antiguo o Ciudad Vieja (Stare Mesto), concretamente en la Plaza de la Ciudad Vieja, y nuestro guía se llamaba Isard. Como fuimos muy tempranito, pudimos dar un paseo por la plaza. Fuimos en muy buena fecha, ¡porque había un mercado de Pascua! Estaba todo precioso, lleno de flores, colores y decoración de huevos. Había también puestos de comida y un escenario donde tocaban música y hacían bailes tradicionales. ¡Era un ambiente muy alegre y festivo! Decidimos que nos pasaríamos más tarde a comprar algunos recuerdos.

Aprovechando que estábamos en la Ciudad Vieja, Isard nos contó la historia de Praga. Resulta que la ciudad, tal y como la conocemos actualmente, es en realidad la unión de cinco ciudades que fueron apareciendo progresivamente: Stare Mesto, declarada ciudad por Wenceslao I en el siglo XI; Mala Strana, la ciudad alemana al otro lado del río; Nove Mesto o la Ciudad Nueva; el Castillo de Praga, y Vyšehrad.

Plaza de la Ciudad Vieja

Lo más famoso de la Plaza de la Ciudad Vieja es el Antiguo Ayuntamiento, construido bajo el reinado de Carlos IV de Alemania y I de Bohemia, que convirtió Praga en capital del Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo XIV y la llevó a un gran esplendor.

La plaza de la Ciudad Vieja estaba muy colorida, con todas esas cintas de colores, flores y huevos. La Iglesia de Týn se ve preciosa desde el arco de colores.
¡Qué colorido estaba todo!

En la torre del ayuntamiento está el Reloj Astronómico, en la esquina sur de la plaza. La esfera de fuera da la hora de forma un poco diferente a lo que estamos acostumbrados. Nosotros entendemos la medianoche como el inicio del nuevo día (es decir, la hora 0), pero en el antiguo reino de Bohemia, ¡se consideraba el comienzo del día al anochecer! La esfera interior marca la hora como nosotros la conocemos, con la particularidad de que sólo marca la hora de invierno. ¡Es que antes no se hacía el cambio de hora!
Por otro lado, las agujas con el sol y la luna marcan la posición de estos astros uno respecto otro. ¡Y la luna cambia su aspecto según su fase! Como véis, es un reloj muy completo. Además, a cada hora en punto, el reloj suena y se mueven las figuritas que lo rodean. La verdad, yo me esperaba que el movimiento de las figuritas fuese un poquito más espectacular, como el de Munich, pero también está muy bonito.
También se puede subir a la torre del Ayuntamiento. ¡Tiene ascensor hasta arriba! Y hay una vista muy bonita de toda la plaza.

Aquí estoy yo, delante del Reloj Astronómico. ¡Cuánta gente había!
Era muy difícil sacarse una foto con toda la gente que había.

Otro de los puntos clave de la plaza es la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, que también tiene sus curiosidades. ¿No os parece muy raro que esté rodeada de edificios, y que sólo sobresalgan las torres? Puedes dar vueltas, y vueltas, que no encontrarás ninguna entrada grande y visible, como en cualquier iglesia normal. Para acceder a ella, tienes que pasar por debajo del tercer arco del edificio gótico que tapa su fachada.

Y hablando de este edificio, seguramente me diréis Henrietta, eso no es gótico, parece mucho más moderno. Resulta que los checos, por querer ponerse a la moda, en el siglo XVII decidieron disfrazar los preciosos edificios góticos que rodeaban la plaza en barrocos. La iglesia en sí misma también solía ser gótica, pero cuando se construyó la catedral de San Vito, la gente que vivía allí quiso renovarla para que fuese igual de bonita. ¡Vaya batiburrillos de estilos que hacían! ¡Todo un reto para los estudiantes de arquitectura e historia del arte!

La Iglesia de Týn sobresale imponente por detrás de los edificios.
¿Os habéis fijado que una torre es más ancha que otra?

Torre de la Pólvora

A unos cinco minutos de la Plaza está la Torre de la Pólvora, a la que os recomiendo mucho subir, porque las vistas desde arriba son realmente alucinantes. Viendo la panorámica de la ciudad uno entiende por qué a Praga la llaman la «ciudad de las cien torres». Eso sí, aviso que no hay ascensor, y hay que subir por una larga y estrecha escalera de caracol. Desde fuera se ve muy gris, casi negra, pero por dentro tiene unas vidrieras preciosas. Aunque pillamos algunas zonas en reformas, dentro encontramos exposiciones contando su historia. En el siglo XV, esta torre era una puerta a la ciudad, cuando aún estaba fortificada, aunque más adelante se utilizó como almacén de pólvora.

Teatro Estatal, y el paso de Mozart por Praga

El tour nos llevó al Teatro Estatal de Praga, donde Mozart dirigió algunas de sus óperas. El compositor estaba decaído porque su ópera Las bodas de Fígaro no había gustado en Viena. Sin embargo, en Praga fue todo un éxito, y por fin Mozart sintió que su obra era comprendida. Pasó mucho tiempo en la ciudad, y es aquí donde estrena Don Giovanni. Me llamó la atención una figura oscura, que se parece mucho a un nazgul de Tolkien, y que ya había visto en Salzburgo. Se trata de un personaje de esta úlitma ópera, El Comendador, el espectro que persigue al protagonista para vengarse por haberlo matado.

El edificio verde a mi izquierda es el Teatro Estatal. Al otro lado hay un balcón gótico.
¡Qué balcón tan bonito!

Praga moderna

El tour dejó atrás la Ciudad Antigua (Stare Mesto), para pasar brevemente por la Ciudad Nueva (Nove Mesto). Caminamos a la Plaza de Wenceslao, que en realidad es una larga avenida que llega hasta el Museo Nacional y la estatua de San Wenceslao a caballo.

Esta plaza ha vivido muchas manifestaciones durante el siglo XX. Nuestro guía aprovechó la sombra de unos árboles para contarnos las cosas que pasaron en Praga desde la Segunda Guerra Mundial.

¿Sabíais que los nazis invadieron Checoslovaquia? Fue una invasión un tanto extraña, porque se entregó la zona «voluntariamente» con la intención de evitar una guerra, pero Hitler le echó morro y se quedó con toda Checoslovaquia.

Los checos, como es de esperar, no estaban muy contentos con esto, así que Hitler mandó a Reinhard Heydrich a poner orden. Ejecutó a tantas personas que se ganó el sobrenombre del Carnicero de Praga.

La Plaza de Wenceslao estaba en obras, pero aún así llena de gente.
¿Os lo podéis creer? ¡Pillé la plaza en obras y esta es la única foto más o menos decente que conseguí sacar!

Después de la guerra, Checoslovaquia terminó del lado de los comunistas, que fueron quienes ayudaron a liberar el país y expulsaron a todos los alemanes que colaboraron con los nazis. Sin embargo, los checos tampoco estaban contentos con cómo los soviéticos estaban llevando el país. Habían ejecutado políticos, descuidado iglesias y sinagogas, y la economía estaba estancada. Cuando el gobierno pidió ayuda a la Unión Soviética, ésta respondió a las protestas con tanques. ¡Qué brutos!

Pero los checos no se daban por vencidos, y la Plaza de Wenceslao siguió siendo testigo de manifestaciones. Algunas eran sutiles, como aquella en la que miles de personas se concentraron agitando sus llaves, pidiendo de forma simbólica que les devolviesen las llaves de su país. Otras fueron más agresivas, como en la que el joven Jan Palach se suicidó, prendiéndose fuego.

La Unión Soviética ya no estaba dispuesta a seguir mandando al ejército para contener a los manifestantes, así que dejó al gobierno Checoslovaco a cargo. Este se negó a disparar contra los manifestantes, lo que dio lugar a la revolución de terciopelo, y el fin del control soviético sobre el país. Parece que todo esto pasó hace una eternidad, ¡pero este último hecho sucedió en el año 1989! Y no fue hasta 1993, que Checoslovaquia se dividió en dos países.

Franz Kafka

Dejando de lado los conflictos y retrocediendo un poquito en el tiempo, Isard nos habló de Franz Kafka delante del monumento más hipnótico que he visto en mi vida. ¡No podía parar de mirar esa cabeza gigante dando vueltas!

Y es que resulta que el autor de La Metamorfosis nació aquí, en Praga. De hecho, hay una ruta muy interesante que pasa por todos los puntos vinculados a él, desde la casa donde nació (en el mismo Stare Mesto, en la calle U Radnice), pasando por un museo dedicado a él, los cafés donde solía escribir y pasar el rato, la casita del Callejón de Oro (aunque de esta última ya os contaré un detalle en mi próximo artículo) y, finalmente, su tumba en el cementerio. La próxima vez que visite Praga, me tomaré más tiempo para ir a estos sitios.

Escultura de Franz Kafka, subido a un gigante invisible.
Esta estatua estaba en el Josefov, junto a la Sinagoga Española.

Nuestro guía nos contó un poco de su vida. A Kafka siempre le había gustado escribir, y quería dedicarse a ello. Pero su padre no lo veía como un trabajo de verdad y le obligó a estudiar «algo últil», así que estudió derecho. Aún así, siempre participó en muchas actividades literarias y, por suerte, acabó trabajando en una compañía de seguros con un horario que le permitía dedicar mucho tiempo a escribir sus obras.
Su historia me resulta ligeramente familiar. ¿A cuántos de vosotros os han obligado vuestros padres a estudiar algo que no queríais? ¡Eso no se hace!

Volvemos al Stare Mesto

Pausa para comer: cerveza deliciosa en U Pivrnce

Con una pausa para una cerveza fresquita, nos llevaron de nuevo al Stare Mesto, para pasar por el Barrio Judío. Las sinagogas estaban cerradas, porque era sábado, así que decidimos volver el lunes. Os contaré todos los detalles sobre el Josefov en un artículo aparte.
Pero de esa zona hay una cosa que también quiero recomendaros, y es la cervecería y restaurante U Pivrnce. Se trata de un local decorado enteramente por el conocido caricaturista Petr Urban. ¡Todas sus paredes están llenas de chistes y viñetas! Generalmente, estos giran en torno a la cerveza. ¡Es un sitio muy divertido! También hay zonas de la pared donde puedes dejar tu firma. Yo dejé la mía. ¡Os reto a encontrarla!

Las paredes del U Pivrnce están llenas de viñetas, caricaturas y firmas de las miles de personas que han pasado por allí.
En checo, cuando se brinda se dice Nasdravi!

Nosotros fuimos por nuestra cuenta, aunque resulta que en el Tour de la Cerveza (del que os hablaré en el siguiente párrafo) nos volvieron a llevar por allí, para probar dos tipos de cerveza. Y no es de extrañar. ¡La cerveza de este sitio está buenísima! Y no solo la cerveza, ¡la comida también es deliciosa! Es el sitio ideal para probar comida tradicional checa.

Mientras me tomaba una cerveza, me dibujé en un posavasos.
En el tour me bebí un par de cervezas. A la mañana siguiente me dolía un poquito la cabeza.

Como os había dicho, durante mi estancia en Praga también hice el Tour de la Cerveza de Sandemans. Si os gusta la cerveza, os recomiendo muchísimo hacerlo. Te llevan a varias cervecerías tradicionales y te cuentan muchas cosas interesantes. ¿Sabíais que antiguamente era más seguro beber cerveza que agua? El agua muchas veces tenía bacterias que provocaban enfermedades. Otro dato curioso sobre la cerveza checa es que no está pasteurizada, así que las burbujitas y la espuma que hace son las que vienen de la fermentación, no es gas añadido. (Ojo, que me haya acordado de esto con toda la cerveza que bebí es todo un mérito).
¡Además, con un par de cervezas se hacen muchos amigos! En el tour conocí a gente muy simpática.

Rudolfinum, la Filarmónica y Dvořák 

El tour terminó frente al Rudolfinum, la sede de la filarmónica checa. ¡Se me ponen la piel de gallina (ji ji, de gallina, ¿lo pilláis?) sólo de imaginar a la orquesta tocar la Sinfonía del Nuevo Mundo dirigida por el mismísimo Antonin Dvořák!

En este sitio dirigieron sus obras mis dos compositores checos favoritos: Antonin Dvořák y Bedrich Smetana, cuya obra La Moldava tuve en la cabeza durante todo el viaje.

Clementinum

El último punto de mi primer e intenso (¡creedme, fue muy agotador!) día en Praga fue el Clementinum. Es un complejo de edificios del siglo XVI, que fue al principio sede del colegio jesuita y, posteriormente, parte de la Universidad de Carlos. Sólo se puede entrar con visita guiada, y os recomiendo reservarla en caja con antelación. Si queréis ir por la tarde, os recomiendo ir por la mañana.

El rey Rodolfo II (era sobrino de Felipe II de España. ¿Sabíais que se educó en Madrid?) era muy aficionado a la astronomía y la alquimia, así que fue mecenas de científicos como Tycho Brahe y Johannes Kepler, quien desarrolló las famosas leyes sobre el movimiento de los planetas. En el Clementinum se exponen muchos de los objetos que utilizaron, como los sextantes.

En el Clementinum había muchos artilugios y cachibaches que no sé para qué sirven. ¡Pero se ve todo muy interesante!
Me pregunto para qué servirían todos esos aparatos extraños.

Quizá lo más conocido del Clementinum es la Biblioteca Barroca. Y no es para menos. ¡Es una pasada! Estoy segura que la biblioteca de La Bella y la Bestia está basada en esta. Los jesuitas tenían en este edificio su propia imprenta, así que la mayoría son ya libros impresos. Hay también algún que otro manuscrito, como el Códice de Vysehrad, un evangelio hecho para la coronación de Vratislav II, del año 1085.
Aparte de libros y más libros de diversos temas por todas partes, en la biblioteca también hay varios globos terráqueos y celestes. Desgraciadamente no pudimos pasar, sino sólo asomarnos desde las puertas. ¡Me habría encantado pasar horas y horas hojeando todos esos libros! Tampoco se podían hacer fotos, así que no os puedo enseñar ninguna.

Otra de las salas que visitamos fue la Sala del Meridiano. En ella, gracias a una cuerda que indicaba el meridiano de Praga, y unos agujeritos en la pared, se marcaba el mediodía. En el momento en el que la luz formaba un círculo dividido por la cuerda a la mitad, sonaba un cañonazo para hacer saber a la gente que era mediodía. ¡La hora del almuerzo!

La sala del Meridiano, en el Clementinum. En el centro de esa caja abierta hay una cuerda. Cuando la luz coincide con ella, indica el mediodía solar.

Por último, subimos a la Torre Astronómica, desde donde hay unas vistas espectaculares de la ciudad.

Vistas desde la Torre Astronómica: la iglesia de Týn, el Ayuntamiento y la Torre de la Pólvora, más a lo lejos.
Desde la Torre Astronómica se ve la torre del ayuntamiento, la iglesia de Tyn, y la Torre de la Pólvora.

¡Os dejo un mapa con mi ruta!

Os he contado muchas cosas, así que espero que, con toda esta información, ya podáis empezar a planificar vuestra visita a Praga. Sé que hay mucho que ver, así que, si tenéis un día más, podéis dividir el recorrido en dos días, para ver todo con más calma. Todavía me quedan por escribir dos artículos: uno sobre el barrio Mala Strana, el castillo y el monte Petrín, y otro sobre Vyšehrad y el barrio judío. ¡Y no creáis que Praga se acaba aquí! A mí me quedaron muchas cosas por visitar, que he tenido que dejar para el próximo viaje.

He estado experimentando con Google Maps, y al final he podido dejaros un mapa con la ruta que os he mencionado en este artículo, además de un par de puntos de interés, como nuestro hotel, la casa de cambio y el restaurante. ¡Espero que os sea de ayuda!

Un comentario en “Praga: Tour por el Centro Histórico

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