Después de un par de intentos fallidos…
… por fin puedo pararme a contaros mi viaje a Hamburgo.
Como sabéis, estuve a primeros de mes un par de días días en Hamburgo. ¡Y me supieron a poco! ¡Quiero volver! Hay tanto que ver que quizá no entre todo en un sólo artículo, así que me centraré en lo principal, y cuando vuelva (¡porque volveré!) añadiré detalles.
Free Tour con Sandemans
Una de las cosas que os recomiendo hacer en Hamburgo es hacer un tour por la ciudad. Además de que así uno hace un recorrido más organizado por los lugares principales, los guías siempre cuentan cosas interesantísimas que uno no puede encontrar en los libros. El que yo hice es uno de los famosos Free Tours de Sandemans (vamos, tours gratuitos caminando). ¡Estuvo genial! Si queréis hacerlo con ellos, aquí os dejo la página. ¡Tienen tours en español! Y si podéis elegir al guía, os recomiendo a Antonio. ¡Este chico sí que hace bien su trabajo! Cuenta las historias como si él mismo hubiera estado ahí, con la misma emoción.
No, no me están patrocinando (aunque estaría muy bien…), os lo recomiendo porque me gustó mucho.
Nuestra ruta por la ciudad
Plaza del Ayuntamiento: Rathausmarkt
Lo primero que vimos fue el Ayuntamiento (Rathaus), y allí nos contó un poco de la historia de Hamburgo. Comenzó como un castillo de Carlomagno, aunque más adelante el emperador Barbarroja (¡no lo confundamos con el pirata!) la declaró ciudad libre. ¿Qué significa esto? ¡Que no pagaban impuestos! Esa es la razón de que el comercio en Hamburgo prosperase tanto, hasta llegar a tener el segundo puerto más grande de Europa. ¡Es impresionante la cantidad de barcos que llegan cada día! También formó parte de la llamada Liga Hanseática, para controlar las rutas comerciales y combatir la piratería, junto con otras ciudades como Brujas, Londres, Colonia, Riga… Además ha sobrevivido a muchísimas cosas. Se ha quemado, la han bombardeado, invadido… ¡Y aquí sigue!
Haputkirchen: las iglesias principales de Hamburgo
Hicimos también una ruta por varias iglesias, pasando por las cinco Hauptkirchen, cada una con algo especial. St. Petri es la más antigua, aunque desde la Edad Media se ha ampliado, reformado, quemado, usado como establo por Napoleón, destruido y vuelto a construir. Napoleón también usó esta iglesia para encerrar a todo el pueblo para que no pudiesen celebrar la navidad. ¡Qué de cosas le han pasado! En St. Katharinen había un importante órgano. Se cuenta que J. S. Bach quiso ser el organista de esta iglesia, ¡pero no le dejaron! Estos hamburgueses eran tan orgullosos… St. Michel, por su parte, es conocida por su campanario. ¡Tiene unas vistas impresionantes de toda la ciudad! También está St. Jacobi, que igual que St. Petri, fue usada por Napoleón como establo. ¡Qué irrespetuoso este Napoleón! La última, St. Nikolai, es la más impactante. ¡Está en ruinas! Al igual que prácticamente toda la ciudad, la iglesia quedó destruida en la Segunda Guerra Mundial. Se ha dejado así, con sólo su torre en pie, para no olvidar los horrores de la guerra, y que no vuelvan a repetirse.
Hafencity: el puerto y muelle de Hamburgo
Deichstraße y restaurante Zum Brandanfang
Después fuimos a la zona del muelle, la Hafencity, y de camino pasamos por Deichstraße y vimos un edificio bastante particular, llamado «Zum Brandanfang«, es decir «el comienzo del incendio». En 1842, este edificio era una fábrica de tabaco, en la que un empleado provocó un incendio por venganza, debido a que iba a ser despedido. Este incendio se propagó rápidamente, destruyendo finalmente ¡un cuarto de la ciudad! Ahora es un restaurante que también tiene su historia curiosa. En esta zona, los barcos descargaban sus mercancías, ¡pero a los marineros no les pagaban hasta que terminaban de descargar! Así que ellos pegaban un billete en el techo del restaurante, guardando una esquinita para saber cuál era el suyo, y así la próxima vez poder tomarse una cerveza antes de descargar. ¡Aún está lleno de billetes en el techo!
En este restaurante estuvimos comiendo platos típicos de la ciudad. Es especialmente conocido el Bismarckhering, arenque marinado con vinagre y cebolla. No todo al mundo le gusta, pero el que tenían en este sitio no me pareció nada mal.
Speicherstadt y museo de las miniaturas
En esta zona también se encuentra la Speicherstadt, o ciudad almacén, donde hay museos de todas clases. Desgraciadamente me faltó tiempo para verlos todos (¡también tengo que dejar algo para mi próxima visita!), pero me decidí por el de las miniaturas. ¡Puedes ver un montón de sitios tal y como son en la realidad, pero en pequeñito!
Filarmonía y la leyenda de Störtebeker
Un edificio de la Hafencity que me gustó mucho fue la Filarmonía. Aún no está terminada, pero ¡seguro que va a ser impresionante! Desde fuera ya se ve muy bonita, con forma de barco y olas en el tejado.
Allí Antonio nos contó la historia del pirata Störtebeker. Cuenta la leyenda que era capaz de beberse una jarra de 4 litros de cerveza sin respirar una sola vez, y que donó un gran botín a n pueblo, para reconstruir una iglesia. ¡Era como Robin Hood! También se dice que, antes de que lo capturasen, fundió todo el oro de sus tesoros y lo escondió dentro de los mástiles de su barco, pero sólo revelaría dónde estaban si liberaban a sus hombres. ¡Pero lo más escalofriante es la historia de cómo el Senado de Hamburgo lo juzgó! Os voy a dejar con la intriga, para que os animéis a buscarlo…
El paseo por el puerto de Hamburgo es obligado. Además hay un barco (el número 62) que da la vuelta entera por todo el puerto. ¡Pero ojo con ir en hora punta! ¡Que está siempre lleno! Otra cosa interesante que encontraréis allí es el túnel del Elba, que cruza el río por debajo.
St. Pauli
Lo más famoso de Hamburgo es quizá la zona de St. Pauli. ¡Es la zona de fiesta! Yo quería salir por la noche por allí, pero Marta me dijo que soy demasiado pequeña…
Un dato curioso sobre esta zona es que durante mucho tiempo no perteneció a Hamburgo. ¡Ni siquiera a Alemania! Era una ciudad independiente llamada Altona, que pertenecía a Dinamarca. Aún se conservan los postes que sostenían sus puertas, siempre abiertas a quien quisiera pasar.
El paso de los Beatles por Hamburgo
St. Pauli es famoso por tener un barrio rojo, igual que Amsterdam. Pero también lo es porque ahí se dio a conocer un famoso grupo… ¡Los Beatles! Efectivamente, los Beatles, de adolescentes, vinieron a Hamburgo buscando el éxito y acabaron grabando aquí su primer disco… ¡Y metiéndose en muchos problemas! George Harrison incluso fue deportado una vez de vuelta a Inglaterra. Todos y cada uno de ellos han pasado por la comisaría de Reeperbahn. De hecho, en la actualidad, hay mucha gente que se mete en líos sólo por estar en ella, en la misma celda que John Lennon, ¡así que además de quedar detenidos, tienen que pagar una tasa por noche! Muchos de los sitios donde tocaron siguen aún en funcionamiento, aunque algunos tienen otros nombres.
Mercado del pescado
Una de las cosas que uno tiene que hacer si sale de fiesta en San Pauli un sábado por la noche es ir por la mañana al mercado del pescado. ¿Por qué después de ir de fiesta? ¡Porque este mercado sólo abre los domingos de cinco a nueve de la mañana! Así que es ideal para desayunar después de haber estado despierto toda la noche. O, si eres de los madrugadores, también puedes ir a hacer la compra del día, ya que no sólo venden pescado, sino también cestas repletas de frutas y verdura. ¡Realmente tienen de todo en ese mercado! Y dentro del pabellón hay siempre grupos tocando música en directo. ¡Merece la pena visitarlo!
Cosas que me guardo para próximas visitas
Bueno, chicos, esto ha sido todo por hoy. Ojalá pueda volver pronto a Hamburgo, porque me he dejado muchas cosas por hacer. Dar un paseo en barca por los lagos, ver el parque «Planten un Blomen», visitar el Kunsthalle… Algún día saldré de fiesta por Reeperbah, cuando sea mayor.
¡Nos vemos pronto en mi próximo viaje!
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