¡Vaya días! Desde que se me acabaron las vacaciones no he parado. Vuelta a Madrid, celebración del cumpleaños de Marta, luego de vuelta a Düsdeldorf… Y aquí estoy, casi a las once y media de la noche, con la maleta sin deshacer, escribiendo por fin cómo fue mi último día en Denia. Fue un día bastante relajado. Como hacía muy buen tiempo, por la mañana fuimos a la playa, al lado de casa en Les Marines. Chloe estuvo corriendo y jugando con la arena. Cometí el error de querer jugar con ella… ¡pero me llenó de tierra! Me metí al mar para aclararme, pero de todas formas estaba deseando llegar a casa para meterme en la lavadora.
Chloe todavía no se atrevía a meterse al mar. ¡Le daban miedo las olas! Con lo divertidas que son…
A mediodía comimos en casa. ¡Un rico salmón a la plancha! Después nos echamos una siesta, porque hacía demasiado calor para pasear. Un rato después salimos hacia Denia. ¡Tres días allí y no habíamos visto aún el pueblo! Yo tenía muchas ganas de subir al castillo, dicen que desde allí hay unas vistas preciosas. Pero ¡sorpresa! ¡Estaba cerrado! Habíamos esperado demasiado a que pasara el calor, y habíamos llegado tarde. ¡Qué rabia!
Al menos desde fuera era bonito…
Visto que no podíamos visitar el castillo, nos decidimos a pasear por el pueblo y mirar tiendas. A la salida de un centro cultural nos encontramos con un grupo muy grande de niños y niñas vestidos de falleros. ¡Qué ilusión! Fui corriendo y les pedí que se hicieran una foto conmigo.
¿A que estaban guapos?
Las fallas son unas fiestas típicas de la Comunidad Valenciana, que se celebran a mediados de marzo, para festejar el día de San José (19 de marzo). La tradición es construir unos muñecos enormes (los ninots) representando a personas, con la intención de parodiarlas. Primero se exponen y se llevan en una cabalgata, pero después ¡se queman! ¡Qué pena! Con lo bonitos que son algunos, y lo bien hechos que están… Eso sí, todos los años hay un muñeco que se salva, y se expone en el Museo Fallero de Valencia (ese al que no pudimos ir el día anterior). Todos los días de fallas, a las dos de la tarde, se hace la mascletà, que consiste en disparar un montón de petardos, durante cinco minutos. ¡Estos valencianos están locos! Con el miedo que me dan a mí los petardos… Bueno, cuando algún día vaya a las fallas, en ese momento me quedaré escondida en la mochila con los tapones de los oídos puestos.
Después de darles las gracias a los niños y a sus madres (¡hola chic@s! ¡Gracias por las fotos!) continuamos nuestro paseo, callejeando para llegar al paseo marítimo. Y por el camino nos encontramos… ¿un playmobil?
Era un pirata, ¡así que le hice de loro! Uuuaac!!
Pero, ¿qué hacía un muñeco playmobil gigante ahí? Está ahí desde 2008, para conmemorar el 50 aniversario del rodaje de la película «El Capitán Jones«, que ¡se filmó en Denia! Tendré que verla, ¡que no se me olvide!
Nos fuimos caminando por el paseo marítimo hasta llegar al coche. Se hacía tarde, y al día siguiente teníamos que irnos temprano. Pero volvimos con calma, mirando todas las esculturas que había por el paseo.
Había algunas bastante curiosas. ¿Habéis visto esta del toro? Jijiji, es graciosa, pero pobre muñeco.
En cuanto llegamos a casa nos pusimos a hacer las maletas. ¡Qué cortas se me hicieron las vacaciones! Pero bueno, todavía me quedaban unos días para disfrutar de Madrid…
¡A ver cuándo volvemos a salir de vacaciones! Ahora que ya se acerca el verano, me he quedado con ganas de más playa.